¿Les ha pasado que van a la playa y sus pequeños se traen conchitas marinas, o van al parque y les traen una piedra o una flor? Cuando salgo con mis amiga a un ambiente natural y ven que los niños comienzan a traerles flores todas sonríen y dicen: “que hermoso, va ser un caballero” si es varón, y si es niña: “que linda toda una princesa”.
Por Deylin Hernández – @gestandod
De hecho, algunas mamás se quejan de que siempre al regresar a casa de salir con sus hijos y en su cartera encuentran cosas desconocidas, o en los bolsillos de los pantalones o en las carteritas de las niñas, hojas, piedritas o tierra.
Ojo, es importante que sepas que no es cuestión de género, por eso lo hablo en general. Algunos cargan una bolsa especial con cosas, otras tienen un cofre de tesoros o un lugar secreto… pero ¿por qué hacen eso?
Todo aquel que haya leído “El Principito de Antoine de Saint-Exupéry” conoce que es un libro repleto de hermosas enseñanzas, las cuales son transmitidas por medio de cada frase y oración que encontramos en sus páginas y hay una frase bellísima que dice:
“Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.
La inocencia y la sabiduría se mezclan, los pequeños pueden ver la belleza en cualquier rincón. Volver a adoptar una mirada de niño es quizás lo más difícil para un adulto. Y es que nuestro pequeño tiene la capacidad de encontrar la belleza en cosas sencillas.
A los niños les fascinan las piedras, la tierra, los animalitos, las hojas, porque son diferentes y tienen belleza única. María Montessori descubrió esto, y por ello se usa materiales naturales en sus ambientes.
La mayoría de los niños que no tienen un teléfono o una Tablet en la mano y los dejamos estar en contacto con la naturaleza, hacen que esto sea parte de su desarrollo, de su día a día, de su momento de aprendizaje, de su periodo sensible donde su mente absorbente le permite ver con curiosidad.
Si tu hijo o hija hace esto, no le juzgues ni regañes. Como educadora, veo tres alternativas:
La primera en el momento de los hechos, explicarle que es parte del entorno con sabiduría y debe seguir ahí:
Para ello debes observarlo en el momento, como dicen infraganti. Justo ahí puedes explicarle: qué esa piedra es necesaria en el ambiente donde la encontró. Después, invítalo a que vea qué bonita es, su textura, su peso, que la compare con otras. Por último, debemos invitarle a que la deje donde la encontró. Te sorprenderá con la atención que lo colocara en el lugar donde estaba.
La segunda si ya lo encuentras el tesoro en casa:
Explícale por qué debemos admirar los elementos en donde los encontramos. De llevarlas a casa, ocurre que no funciona para nosotros ni para la naturaleza. Después, podemos invitarle a que devuelva ese elemento a la naturaleza. Aún seca la flor servirá a los animalitos y a la tierra.
La tercera opción, dar la opción dar la oportunidad de hacer una mini colección (de espacio limitado).
¿Recuerdas qué coleccionabas tú de pequeño? Seguro que algo: ¿tarjetas de futbol o beisbol, monedas, billetes, pegatinas, sellos…? Casi todos hemos tenido alguna colección que cuidábamos con esmero y de la cual ¡nos sentíamos muy orgullosos! Ahora bien, esta sería una actividad educativa que les encantara y como padres serias parte de ella.
Aunque las colecciones forman parte del desarrollo intelectual les lleva a buscar actividades donde puedan aprender y poner a prueba sus conocimientos de clasificación y orden.
Puedes comprar una cajita con divisiones limitadas e ir guardando ahí su objeto coleccionable (piedra, concha) esta cajita es limitada vienen desde 12 a 36 espacios tú decides cual, ahí le explicaría lo importante que es para la naturaleza que la piedra o concha este ahí mas solo puede tener una en cada viaje para ser parte de su colección y estudio al llenar la caja ya no deje tomar más al menos que sea para sustituir.
Con estas explicaciones estimularás su amor y respeto por la naturaleza. Además, evitarás encontrarte cosas en sus cajones o en su ropa de una forma amable, sin herir su apreciación por los elementos. Nada de lo que el niño hace es con el afán de molestar o de dañar. Por ello es muy importante nuestra presencia, para guiarlos con una visión en positivo y mostrarles lo que es mejor.
De regalo, los pequeños se entretienen un rato lejos de las pantallas: coleccionar aleja a los niños de los videojuegos y la televisión ¡al menos por un rato. Nada en contra de la tecnología pero ¡qué bonito es disfrutar del intercambio cara a cara y de la paz de la vida “off line”!
Y ahora tengo curiosidad, ¿qué es lo más raro que has encontrado entre las cosas de tu pequeño? ¡Cuéntanos!
Por ahora me despido no sin antes recordarle mis redes sociales @gestandod en Instagram. anexo articulo en la revista